En el siglo XIV creció sobre la confluencia de los ríos Labe y Chrudimka una ciudad que estaba apoyada por el primer arzobispo de Praga, Arnošt de Pardubice. La época de su gran esplendor vivió durante el gobierno de los Pernštejn que habían mandado reconstruir el castillo gótico con fosos de agua en una lujosa residencia renacentista. En el palacio se han conservado excepcionales frescos renacentistas y originales artesonados policromados. Después de un gran incendio en el año 1538 fue reconstruida en estilo renacentista toda la ciudad que tiene una plaza rectangular. Los hastiales de las casas (hoy mayoritariamente remodeladas en Barroco con sus característicos elementos de terracota en vez de piedra) destacan por su armonía de estilo. La casa de Jonás, decorada con el relieve de una ballena que se traga al profeta Jonás, es la más famosa. Los monumentos emblemáticos de la ciudad son la torre articulada en la Puerta Verde y la iglesia de San Bartolomé. La ciudad es famosa por sus carreras hípicas de “Velká pardubická“ - Gran Steeplechase de Pardubice y el pan de especias de Pardubice. La ciudad es sede del gobernador de la región de Pardubice.